martes, 3 de febrero de 2015

Historia de la IMAGEN de JESÚS DE MEDINACELI




La Historia de la Imagen de Jesús de Medinaceli, precursora de esta devoción, y que actualmente se venera en su Basílica de Madrid va íntimamente ligada a los vaivenes de la historia de España.
España durante la primera mitad del siglo XVII era …:

En el año 1645, durante el reinado de Carlos II, Fray Francisco Guerra -Obispo de Cádiz- nombraba a los padres Capuchinos, capellanes de MEHDIA ó MAMORA (Marruecos).

La ciudad de Mehedía / Mehdía o San Miguel de Ultramar -nombre por el era conocida entre los españoles- era una ciudad amurallada edificada en lo alto de una colina y próxima a un extenso bosque (Mámora significa bosque), de ahí que aún hoy en día reciba ambos nombres, MEHDIA ó MAMORA.

Situada en las costas del Atlántico, a 115 Km de Larache y a 25 de Salé. Era una plaza fuerte española conquistada a los moros, -en el reino de Fez- (MARRUECOS), en tiempos del rey Felipe III (año 1614) con el fin de frenar la audacia de los piratas turcos mahometanos.

El 17 de septiembre de 1645 llegaron los padres capuchinos, a dicha plaza fuerte, pero aún no se encontraba allí la imagen de Ntro. P. Jesús Nazareno ya que el día 13 de dicho mes había tenido lugar la explosión de unos barriles de pólvora ocasionando la voladura de la Iglesia, dada su proximidad. Con lo que se perdieron todos los enseres y ornamentos sagrados así como la mayoría de las imágenes existentes, a excepción de una de Ntra. Sra. del Rosario.

Tras dicha desgracia los padres Capuchino o “Papaces” (nombre con el que eran conocidos por los moros), fueron solicitando de otros conventos Andaluces -hermanos- sobre todo de los de Sevilla, Cádiz y Granada, ornamentos, imágenes, cuadros, enseres para el culto, etc., probablemente en uno de estos envíos llegó la imagen de Ntro. P. Jesús Nazareno, a Mámora, posiblemente del convento de Sevilla.

Dicha imagen, a decir de D. José Hernández Díaz, “es una obra que podría datarse en el segundo o tercer decenio del s. XVII y realizada en un taller Sevillano, muy probablemente de ¿Luis de la Peña? ó de ¿Francisco de Ocampo?”, atribuyéndose a dichos artistas su autoría por algunos de los rasgos expresivos empleados en su talla, que pueden ser contrastados en otras de sus obras.

Ya a finales del s. XVII, que viene marcado por el debilitamiento del poder de España así como el escaso número de combatientes de defendían la fortaleza, el día 30 de abril de 1681, el rey de Fez -Muley Ismael- mandó cercar e invadir a Mámora con un ejército de 80.000 soldados frente a los escasos 150 o 276 soldados españoles, según las fuentes, que la defendían, mal armados y peor alimentados. En vista de lo cuál y para evitar una masacre el Gobernador de la plaza consultó en Consejo de Guerra con sus oficiales y padres Capuchinos, llegando al acuerdo de una rendición honrosa y con buenas condiciones, nombrando a un diputado para que fuese a parlamentar.

El Rey de Fez, Muley Ismael, se portó con gran benevolencia "ninguno de los hombres de Muley Ismael harán daño ni nada a ninguno de los españoles. Y todos vivirán a cambio de la entrega de la plaza fuerte, y quedarán libres con sus familias, facilitando los medios para llegar a España, pero sin más atuendo que los vestidos y pertenencias personales, teniendo que dejar u abandonar todo los demás", perdonando la vida a los sitiados y dando libertad al Gobernador y esposa, a D. Bartolomé de la Rea -parlamentario- con sus dos sobrinos, y a los dos religiosos que ejercían de Capellanes (P. Andrés de la Zubia y el P. Jerónimo de Baeza), quedando, éstos, voluntariamente cautivos junto a los soldados y civiles con todas sus pertenencias, así como las imágenes y objetos sagrados. Entre ellos iba la imagen de Jesús que al parecer fue arrastrada, por la soldadesca, por las calles y arrojada a un muladar para mortificar a los cristianos (no sufriendo daño alguno).

Posteriormente fueron trasladados TODOS cautivos a Mequinez, residencia oficial de Muley Ismael.

La caída de la Plaza fuerte impresionó en España disponiéndose inmediatamente a llevar a cabo la redención de cautivos e imágenes.

El día 7 de junio del mismo año -1681- apenas llegó a la Península el Padre Andrés de la Zubia, uno de los Padres cautivizado, escribió sendas cartas a S.M. el Rey así como al Consejo de Guerra informando de lo allí acaecido y sobre las condiciones en que quedaban los cautivos.

El Rey mandó librar 3.000 doblones a su primer ministro, Duque de Medinaceli, con destino al rescate de cautivos e imágenes.

Dicha redención o rescate le fue encomendada a la Orden de los Trinitarios Descalzos, por estar estos preparando una nueva redención en el año 1682, siendo concretamente la XIV Redención que efectuaban, y es que el Rey les había ordenado con apremio el pronto rescate de 35 soldados que estaban igualmente cautivos en África.

Tuvo lugar, esta redención, en las ciudades de Mequinez, Fez y Tetuán, y fue llevada a cabo por los padres Miguel de Jesús María, Juan de la Visitación y Martín de la Resurrección. En ella se redimieron 211 cautivos, 17 imágenes y los objetos sagrados que los moros se habían llevado de la fortaleza de Mámora. Todos coincidieron en afirmar que se trató de una redención especial "por las circunstancias notables que en ella intervinieron".
Una vez entregada la Imágen a los padres Trinitarios Descalzos estos le colocaron el escapulario de la Orden al igual que al resto de los rescatados, como era lo habitual en esta Orden, en señal de su rescate.
De ahí el echo de que actualmente la Imágen de Ntro. P. Jesús Nazareno presente dicho Escapulario como uno de sus atributos o rasgos más característicos, definitorios o diferenciador. Por ello pasó a denominarse como: Ntro. P. Jesús Nazareno del Rescate o Cautivo y Rescatado.

Posteriormente la Imagen viaja de Mequinez a Tetuán de donde pasa a Ceuta y de allí a Sevilla y después hasta Madrid precedida de una leyenda de hechos prodigiosos y milagrosos, colocándola bajo la custodia de los duques de Medinaceli, pasando a ser conocida popularmente como el Cristo de Medinaceli.

La devoción a esta milagrosa Imágen se extendió pronto por toda España, “reproduciendose” Imágenes por toda la geografía, entre ellas la nuestra.


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