V.O.T. DE SERVITAS DE NTRA. SRA. DE LOS DOLORES
Introducción:
El
Movimiento Servita nace en Italia, y más concretamente en la rica y artística
ciudad de Florencia (Florentia = Ciudad de la Flor).
Nace
este movimiento a mediados del siglo XIII y debido, en gran parte, a las
discordias, enfrentamientos y división de su sociedad.
Síntesis
Histórica:
Nos encontramos pues en el siglo
XIII en Florencia o Firenze. Capital de la Toscana, a orillas del Arno.
Entre 1.200 y 1.250, en tan solo
50 años, Florencia duplico su población, acuño moneda propia, el Florín de oro,
la cual era la más cotizada de la época. La fuente del poder en aquellos
tiempos residía en la posesión de la tierra, que generalmente estaba en manos
de los nobles, monasterios y jerarquía eclesiástica. Todo esto atraía la
atención del Papa Gregorio IX y del Emperador Federico II, que se encontraban
enfrentados en una fiera lucha por el gobierno de la ciudad.
Ya en la primera mitad del s. XIII
su sociedad se encuentra dividida, fundamentalmente, en dos facciones o
partidos perfectamente definidos:
1-
La
Nobleza o Gibelinos.- Que, por su linaje, detentan
el poder.
2-
Los Ricos Mercaderes o Güelfos.- Que detentan el
poder Económico.
Ambas
facciones se habían decantado por apoyar: El (1º) al Emperador y el (2º) al
Papa (detrás de esta aparente adhesión a la causa del Emperador o del Papa, se
escondían intereses personales como era la cuestión del poder ciudadano).
Esta
división de la sociedad Florentina en partidos o facciones, muy determinadas,
condujo a largas guerras internas y externas. Alternándose continuamente sus
victorias hasta finales del s. XIII.
Este
siglo se caracteriza por un gran Movimiento Evangélico en el que sobresalen o
son nombres de referencia los de: Santo Domingo o San Francisco,...
ORIGEN:
Dentro
de esta génesis de Grupos Evangélicos y en este clima de crispaciones sociales,
luchas fratricidas o guerras implacables, a mediado del Medioevo, siete
jóvenes, (Amadeo, Bonfiglio, Bonagiunta, Manetto, Sostengo, Uguccione y
Alessio) - ricos Florentinos, comerciantes en lana, y por tanto pertenecientes
a la facción de los Güelfos - se reunían a la caída de la tarde en una
Asociación Mariana de alabadores de la Stma. Virgen.
Unidos
entre sí por el ideal evangélico de la comunión fraterna y del servicio a los
pobres y enfermos, se retiraron a la soledad del Cafaggio (fuera de la ciudad)
a unos 18 Km.
en el Monte Senario, vistiendo el hábito propio de los penitentes (“Fratres de
Paenitentia”), es decir, un hábito de “Paño Pardo “, para dedicarse a la
oración, y vivir en pobreza individual y penitencia como Ermitaños, y
entregarse allí mismo a la Vida Contemplativa.
Pero
temiendo una vuelta forzosa a sus casas por imposición de los Jefes Gibelino
(Jefes de la Nobleza),
aceptaron el consejo del Obispo de Florencia de edificar con “materiales
pobres” un oratorio dedicado a Santa María, en aquel monte donde muchos acudían
en busca de luz y consuelo. Y el día de la Festividad de la Asunción -15 de Agosto de 1233– se les apareció la Stma. Virgen “con
gesto de dolor, vestida de luto y velada de negro, como una Madre Dolorosa, por
que el Amor no era Amado y la
Caridad estaba herida” (P. Bargellini).
Al
final acabaron convirtiendo, este grupo, en una Orden Mendicante: La de los
“Siervos de la
Bienaventurada Virgen María o Servitas”, cuyos fines eran:
-
La
Plegaria.
-
La
Humildad.
-
La
Devoción a la
Reina de la
Paz.
y trabajaron por la reconciliación
de sus conciudadanos divididos con excesiva frecuencia.
Según la obra titulada “Orden
Tercera de la Sagrada
Religión” escrita en el año 1744 por D. Miguel Sanz de Orna,
secretario de la Orden
de Servitas y abogado de los Reales Consejos: “...en 1239 se apareció la Virgen a este grupo de
cristianos contemplativos manifestándoles que fundaran una religión que tuviese
por objeto la meditación de sus Dolores, observando la regla agustiniana y
vistiesen hábito negro. Junto a la
Virgen aparecía un ángel que portaba un rótulo con la leyenda
“Siervos de María”.
Tras
la aprobación de los primeros estatutos por parte del Obispo de Florencia,
Ardingo (1245-1247) también los Papas aprobaron la Orden.
“Así pues, la asociación obtuvo una
primera aprobación en 1249 por parte el Papa Inocencio IV (1243-1254). Su
sucesor Alejandro IV (1254-1261) unificó en 1256 todos los institutos
religiosos que seguían la regla agustiniana, no obstante publicó al mismo
tiempo un rescripto confirmando la Orden Servita como corporación independiente, con
facultad para elegir su propio Padre General. En los años posteriores la Orden creció y prospero,
pero también sufrió varias crisis a causa de los ataques sufridos por
personajes influyentes, celosos de su engrandecimiento y prosperidad, hasta el
punto de que se consiguió de varios Pontífices su supresión. Finalmente
Benedicto XI la aprobó de modo definitivo en la bula “Dum Levamus” expedida en
Roma en el año 1304. La Orden
se propagó extraordinariamente por la península Italiana. En el s. XIV ya tenía
casas en Francia, España y Alemania” (1)
Esta Orden de los Siervos de María
se dividió en tres ramas u Ordenes:
1-
La
Orden Primera.- Formada por Frailes (rama masculina).
2- La Orden Segunda.-
Formada por Monjas de Clausura (rama femenina) fundada en 1305 por Santa
Juliana de Falconieri, sobrina de uno de los Siete Santos fundadores”.
3- La Orden Tercera.-Formada
por Laicos.
ORIGEN DE LA ORDEN TERCERA. ORDEN SEGLAR (O.S.S.M.)
¿Que es
una ORDEN SEGLAR?: Es un grupo de laicos que quieren vivir el Evangelio
según la regla de esa Orden, pero a la vez quieren hacerlo desde su familia o
trabajo, es decir sin tener que emitir Votos Solemnes. Y sus Constituciones las
aprueba directamente el Sumo Pontífice y no el Ordinario de lugar. (2)
Ya desde el
tiempo de los orígenes de la
Orden de los Siervos de María (1233), había seglares que
vivían el espíritu de la Orden
junto a los Siete Santos Fundadores y aún matrimonios que querían compartir de
alguna forma su espiritualidad.
Algunos
laicos fueron aceptados en las comunidades de los Siervos como “oblatos” según
la costumbre benedictina de agregar laicos a sus monasterios. Pero la gran
mayoría de los que compartían la línea espiritual de los Siervos de María
permanecían en su ambiente propio, cumpliendo con sus deberes de familia y
desarrollando las tareas típicas del mundo laboral y social de su tiempo.
“El fin y
objeto de los Servitas era y es la Santificación personal de sus miembros a través
de la devoción a la Stma.
Virgen, especialmente en la contemplación de sus “Dolores”
padecidos durante la Pasión
y Muerte de su divino hijo” (1)
LA
ORDEN TERCERA:
“San Felipe
Benicio -fue uno de los primeros que entró en la nueva Orden de los Siervos de
María y su más ilustre propagador. Su humildad le llevó a ocultarse en una
gruta del monte Amiata para no ser elegido Pontífice (ver el pequeño cuadro del altar
de nuestra Virgen, donde aparece él representado con la tiara papal a sus pies,
que rechazó). Más tarde alcanzaría la Santidad-, fue el que
sentó las bases de lo que actualmente conocemos como la Orden Seglar de los
Siervos, aunque no lo hizo de forma oficial, ya que carecía de ordenanzas o
reglas por las que se rigiese dicho grupo, y a sus miembros se les llamaba los
“penitentes”.
En 1374, el
Prior General de la Orden
Fray Andrea de Faenza, quién llamaba a este grupo la “Nostra
Societas”, concede a sus miembros la participación en los bienes espirituales
concedidos a los frailes Servitas (Orden Primera).
En 1424 la Orden Seglar de los
Siervos de María fue oficialmente reconocida por el Papa Martín V con la Bula “Sedis Apostolicae
providentia”, y se bautiza la comunidad con el nombre de “Sociedad del Hábito”
(2)
Siguiendo
los principios establecidos por el Papa, todos aquellos hombres y mujeres que
estaban asociados con las Ordenes Mendicantes: Franciscanos, Dominicos,
Agustinos, Carmelitas y Servitas, se convirtieron en “Terceras Ordenes”
y cada una de ellas recibió una regla de vida específica. Desde entonces, hasta
recientemente, el nombre de “Tercera Orden” fue el más común para designar a
los grupos de personas que permanecían ligados a la Orden Servita y a
las demás Ordenes Mendicantes, aunque algunos seguían llamándose también
“Consorcios” o “Compañías”.
“En 1487 (27
de Mayo), el Papa Inocencio VIII concede a la Orden una nueva Bula, “Mare Mágnum”, en la que
recoge las Reglas y Bula anterior.
A partir de
1497 es cuando se empieza a utilizar de forma oficial el término de “Tercera
Orden” por iniciativa del General Fray Niccolo Maletti de Pistoia.
Posteriormente,
esta Orden Tercera, dividida en “fraternidades”, empieza a expandirse por toda
Europa.” (2)
Así a
finales del s. XVI, la
Tercera Orden de los Siervos de María fue apoyada y alentada
vigorosamente por los Priostes Generales de la Orden Servita. Ésta
ha tenido desde entonces un papel de primer orden en la aprobación canónica y
en la animación y dirección de las fraternidades seglares que han surgido con
el paso del tiempo, tanto en torno a las comunidades de Frailes Siervo de María
(Orden Primera) y de Hermanas Religiosas Servitas(Orden Segunda), como en
ambientes parroquiales y diocesanos donde la figura de María -especialmente
venerada como Dolorosa- ha recibido especial énfasis y ha penetrado
particularmente en el alma de los fieles. De hecho la Virgen de los Dolores, fue
declarada patrona de la Orden
el día 8 de Agosto de 1692.
En nuestro
país los conventos y monasterios de Servitas se hallaban en la región de
Levante y de ellos dependían la
V.O.T. de los Siervos de Mª Stma. de los Dolores.
Una
verdadera cadena de fundaciones tuvo lugar al final del s. XVII y a lo largo
del XVIII, así en Andalucía por ej. en 1695 la de Málaga; en Sevilla entre
1720-1725; la de Jerez en 1725; la de Cádiz entre 1727-1735; Puerto Real, San
Fernando, y CHICLANA en 1759, etc.
En el s. XIX
decae por los motivos políticos y sociales que afectan a esa centuria, y en la
que el Papa León XIII modifica en algunos puntos la Regla aprobada por Martín V,
la cuál no se vuelve a tocar hasta 1925, siendo la de este año sustituida a su
vez por una aprobada en 1966 por la Sagrada Congregación
de Religiosos. El 29 de Octubre de 1982 sufre una nueva renovación.
En el siglo
XX y en nuestro país las fraternidades de la Orden Seglar
desaparecen en la mayoría de los casos o se transforman en cofradías de
penitencia (como es el caso de la ntra.), aunque también quedan algunas muy
activas y que siguen el compromiso evangélico desde el prisma de la Orden, ocupando un lugar
destacado el culto a María y sin olvidar nuestras mas profundas tradiciones y
sentir de nuestra tierra procesionando a sus respectivas Imágenes Titulares, en
Semana Santa.
La actual
Regla de Vida de la Orden
Seglar de los Siervos de María fue aprobada por la Santa Sede el 29 de
Abril de 1995, después de una serie de revisiones del texto preparado según las
nuevas orientaciones del Concilio Vaticano II y especialmente según los
principios contenidos en las nuevas Constituciones de la Orden de los Siervos de
María aprobadas por la
Sede Apostólica en 1987.
LA V.O.T.
EN CHICLANA
A través de
un extenso trabajo, magníficamente documentado y publicado en el Boletín “Monte
Senario” que edita la O.S.S.M.
de San Fernando y firmado por D. Fernando Mósig Pérez (Licenciado en Geografía
e Historia), conocimos algo más sobre nuestra cofradía, o mejor dicho, sobre
nuestra. V.O.T de Servitas de Ntra. Sra. de los Dolores de Chiclana, embrión
primario y parte fundamental e importantísima del carácter actual nuestra
cofradía.
En este artículo, se dice
textualmente: “Gracias a las investigaciones efectuadas, por miembros de la Orden Seglar de San
Fernando, en el archivo General de la Orden Servita en Roma se pudo saber con exactitud
la fecha de establecimiento en Pto. Real y en la Isla de León, de la de Ntra.
Sra. de los Dolores...”. (Pero veremos también que estas investigaciones
arrojan algo de claridad sobre nuestro origen como O.S.S.M. y confirman los
escasos datos que poseemos de nuestra génesis como Servitas).
“...En
efecto, mediante dos Cartas de Patente despachadas
ambas en Roma en el convento de San Marcelo el día 26 de Junio de 1759 por el
entonces Padre General, Fray José Antonio Rossi (1756-1762), se concedió la
facultad de erigir otras tantas Ordenes Terceras de Ntra. Sra. de los Dolores
(“facultas erigendi societas 7 dolorum...” etc.
“...La
expedición de estas Cartas de Patente (llamadas impropiamente Bulas) fueron
anotadas como era costumbre en el Libro Registro del Padre General...” etc.
“...Llama la
atención que el 30 de Agosto de 1759, un mes después de haberse erigido
las Ordenes Terceras de Pto. Real y de la Isla, el Padre General de los Servitas, despacha
igual facultad para el establecimiento de otra Confraternidad en Chiclana...”.
(He de decir, que dicha fecha de fundación ya lo conocíamos gracias a las copias
de los documentos que pude obtener el 10 de Abril de 1981 en el Archivo
Diocesano).
“...Casi de
improviso, hubo cuatro Ordenes Terceras de Ntra. Sra. de los Dolores en la
diócesis gaditana: La primitiva de Cádiz, (erigida el 12 de Marzo de 1727, y
formando reglas en 1735), más la
Pto. Real, Isla de León y Chiclana. Esta triple
fundación demuestra la poderosa influencia que ejercía la pujante Orden Tercera
de Cádiz...”.
“...Como
curiosidad y como testimonio de la universalidad de las fundaciones Servitas,
merece la pena consignar que en los días inmediatamente anteriores a ese 26 de
Junio de 1759, se había concedido la misma facultad de instituir una Orden
Tercera de Dolores a: la
Iglesia de San Francisco en Varsovia (Polonia), tres días
después el 29 de Junio, se le concedió a la Iglesia parroquial de la localidad italiana de Montegiorgio, en la región de las
Marcas, el 6 de Julio se daría tal “facultas erigendi societas 7 dolorum” a la Iglesia-colegio de
los PP. Jesuitas de Querétano, en México, etc...”.
“...Una vez
concedido el establecimiento de la Orden Tercera por la Superioridad Servita,
fue necesario obtener la aprobación o convalidación del Obispo Diocesano...”,
que por aquel entonces era Fray Tomás del Valle. Aunque actualmente
desconocemos la fecha del Decreto de Confirmación del establecimiento de la Orden Tercera en
nuestra ciudad.
En otro
apartado, del artículo anteriormente nombrado y parcialmente aquí reproducido,
en el de las Reglas de Conducta, en referencia a la Orden de San Fernando, dice
textualmente;
“...Se
rigiera por las de la
Orden Tercera de Servitas establecida en la Iglesia de San Lorenzo de
Cádiz. Y existía un precedente, pues la < Confraternidad de Chiclana
> había sido instituida “bajo los Estatutos y Reglas que se observan por el
mismo Orden fundado en la
Iglesia Auxiliar Parroquial del Sr. San Lorenzo de la Ciudad de Cádiz”. Entendemos, pues, que las reglas
gaditanas que adoptó la
Orden Isleña, y por tanto también la NUESTRA, fueron las
aprobadas por Fray Tomás del Valle, el 8 de Abril de 1748, por aquel entonces
en vigor.
Introducción:
El
Movimiento Servita nace en Italia, y más concretamente en la rica y artística
ciudad de Florencia (Florentia = Ciudad de la Flor).
Nace
este movimiento a mediados del siglo XIII y debido, en gran parte, a las
discordias, enfrentamientos y división de su sociedad.
Síntesis
Histórica:
Nos encontramos pues en el siglo
XIII en Florencia o Firenze. Capital de la Toscana, a orillas del Arno.
Entre 1.200 y 1.250, en tan solo
50 años, Florencia duplico su población, acuño moneda propia, el Florín de oro,
la cual era la más cotizada de la época. La fuente del poder en aquellos
tiempos residía en la posesión de la tierra, que generalmente estaba en manos
de los nobles, monasterios y jerarquía eclesiástica. Todo esto atraía la
atención del Papa Gregorio IX y del Emperador Federico II, que se encontraban
enfrentados en una fiera lucha por el gobierno de la ciudad.
Ya en la primera mitad del s. XIII
su sociedad se encuentra dividida, fundamentalmente, en dos facciones o
partidos perfectamente definidos:
1-
La
Nobleza o Gibelinos.- Que, por su linaje, detentan
el poder.
2-
Los Ricos Mercaderes o Güelfos.- Que detentan el
poder Económico.
Ambas
facciones se habían decantado por apoyar: El (1º) al Emperador y el (2º) al
Papa (detrás de esta aparente adhesión a la causa del Emperador o del Papa, se
escondían intereses personales como era la cuestión del poder ciudadano).
Esta
división de la sociedad Florentina en partidos o facciones, muy determinadas,
condujo a largas guerras internas y externas. Alternándose continuamente sus
victorias hasta finales del s. XIII.
Este
siglo se caracteriza por un gran Movimiento Evangélico en el que sobresalen o
son nombres de referencia los de: Santo Domingo o San Francisco,...
ORIGEN:
Dentro
de esta génesis de Grupos Evangélicos y en este clima de crispaciones sociales,
luchas fratricidas o guerras implacables, a mediado del Medioevo, siete
jóvenes, (Amadeo, Bonfiglio, Bonagiunta, Manetto, Sostengo, Uguccione y
Alessio) - ricos Florentinos, comerciantes en lana, y por tanto pertenecientes
a la facción de los Güelfos - se reunían a la caída de la tarde en una
Asociación Mariana de alabadores de la Stma. Virgen.
Unidos
entre sí por el ideal evangélico de la comunión fraterna y del servicio a los
pobres y enfermos, se retiraron a la soledad del Cafaggio (fuera de la ciudad)
a unos 18 Km.
en el Monte Senario, vistiendo el hábito propio de los penitentes (“Fratres de
Paenitentia”), es decir, un hábito de “Paño Pardo “, para dedicarse a la
oración, y vivir en pobreza individual y penitencia como Ermitaños, y
entregarse allí mismo a la Vida Contemplativa.
Pero
temiendo una vuelta forzosa a sus casas por imposición de los Jefes Gibelino
(Jefes de la Nobleza),
aceptaron el consejo del Obispo de Florencia de edificar con “materiales
pobres” un oratorio dedicado a Santa María, en aquel monte donde muchos acudían
en busca de luz y consuelo. Y el día de la Festividad de la Asunción -15 de Agosto de 1233– se les apareció la Stma. Virgen “con
gesto de dolor, vestida de luto y velada de negro, como una Madre Dolorosa, por
que el Amor no era Amado y la
Caridad estaba herida” (P. Bargellini).
Al
final acabaron convirtiendo, este grupo, en una Orden Mendicante: La de los
“Siervos de la
Bienaventurada Virgen María o Servitas”, cuyos fines eran:
-
La
Plegaria.
-
La
Humildad.
-
La
Devoción a la
Reina de la
Paz.
y trabajaron por la reconciliación
de sus conciudadanos divididos con excesiva frecuencia.
Según la obra titulada “Orden
Tercera de la Sagrada
Religión” escrita en el año 1744 por D. Miguel Sanz de Orna,
secretario de la Orden
de Servitas y abogado de los Reales Consejos: “...en 1239 se apareció la Virgen a este grupo de
cristianos contemplativos manifestándoles que fundaran una religión que tuviese
por objeto la meditación de sus Dolores, observando la regla agustiniana y
vistiesen hábito negro. Junto a la
Virgen aparecía un ángel que portaba un rótulo con la leyenda
“Siervos de María”.
Tras
la aprobación de los primeros estatutos por parte del Obispo de Florencia,
Ardingo (1245-1247) también los Papas aprobaron la Orden.
“Así pues, la asociación obtuvo una
primera aprobación en 1249 por parte el Papa Inocencio IV (1243-1254). Su
sucesor Alejandro IV (1254-1261) unificó en 1256 todos los institutos
religiosos que seguían la regla agustiniana, no obstante publicó al mismo
tiempo un rescripto confirmando la Orden Servita como corporación independiente, con
facultad para elegir su propio Padre General. En los años posteriores la Orden creció y prospero,
pero también sufrió varias crisis a causa de los ataques sufridos por
personajes influyentes, celosos de su engrandecimiento y prosperidad, hasta el
punto de que se consiguió de varios Pontífices su supresión. Finalmente
Benedicto XI la aprobó de modo definitivo en la bula “Dum Levamus” expedida en
Roma en el año 1304. La Orden
se propagó extraordinariamente por la península Italiana. En el s. XIV ya tenía
casas en Francia, España y Alemania” (1)
Esta Orden de los Siervos de María
se dividió en tres ramas u Ordenes:
1-
La
Orden Primera.- Formada por Frailes (rama masculina).
2- La Orden Segunda.-
Formada por Monjas de Clausura (rama femenina) fundada en 1305 por Santa
Juliana de Falconieri, sobrina de uno de los Siete Santos fundadores”.
3- La Orden Tercera.-Formada
por Laicos.
ORIGEN DE LA ORDEN TERCERA. ORDEN SEGLAR (O.S.S.M.)
¿Que es
una ORDEN SEGLAR?: Es un grupo de laicos que quieren vivir el Evangelio
según la regla de esa Orden, pero a la vez quieren hacerlo desde su familia o
trabajo, es decir sin tener que emitir Votos Solemnes. Y sus Constituciones las
aprueba directamente el Sumo Pontífice y no el Ordinario de lugar. (2)
Ya desde el
tiempo de los orígenes de la
Orden de los Siervos de María (1233), había seglares que
vivían el espíritu de la Orden
junto a los Siete Santos Fundadores y aún matrimonios que querían compartir de
alguna forma su espiritualidad.
Algunos
laicos fueron aceptados en las comunidades de los Siervos como “oblatos” según
la costumbre benedictina de agregar laicos a sus monasterios. Pero la gran
mayoría de los que compartían la línea espiritual de los Siervos de María
permanecían en su ambiente propio, cumpliendo con sus deberes de familia y
desarrollando las tareas típicas del mundo laboral y social de su tiempo.
“El fin y
objeto de los Servitas era y es la Santificación personal de sus miembros a través
de la devoción a la Stma.
Virgen, especialmente en la contemplación de sus “Dolores”
padecidos durante la Pasión
y Muerte de su divino hijo” (1)
LA
ORDEN TERCERA:
“San Felipe
Benicio -fue uno de los primeros que entró en la nueva Orden de los Siervos de
María y su más ilustre propagador. Su humildad le llevó a ocultarse en una
gruta del monte Amiata para no ser elegido Pontífice (ver el pequeño cuadro del altar
de nuestra Virgen, donde aparece él representado con la tiara papal a sus pies,
que rechazó). Más tarde alcanzaría la Santidad-, fue el que
sentó las bases de lo que actualmente conocemos como la Orden Seglar de los
Siervos, aunque no lo hizo de forma oficial, ya que carecía de ordenanzas o
reglas por las que se rigiese dicho grupo, y a sus miembros se les llamaba los
“penitentes”.
En 1374, el
Prior General de la Orden
Fray Andrea de Faenza, quién llamaba a este grupo la “Nostra
Societas”, concede a sus miembros la participación en los bienes espirituales
concedidos a los frailes Servitas (Orden Primera).
En 1424 la Orden Seglar de los
Siervos de María fue oficialmente reconocida por el Papa Martín V con la Bula “Sedis Apostolicae
providentia”, y se bautiza la comunidad con el nombre de “Sociedad del Hábito”
(2)
Siguiendo
los principios establecidos por el Papa, todos aquellos hombres y mujeres que
estaban asociados con las Ordenes Mendicantes: Franciscanos, Dominicos,
Agustinos, Carmelitas y Servitas, se convirtieron en “Terceras Ordenes”
y cada una de ellas recibió una regla de vida específica. Desde entonces, hasta
recientemente, el nombre de “Tercera Orden” fue el más común para designar a
los grupos de personas que permanecían ligados a la Orden Servita y a
las demás Ordenes Mendicantes, aunque algunos seguían llamándose también
“Consorcios” o “Compañías”.
“En 1487 (27
de Mayo), el Papa Inocencio VIII concede a la Orden una nueva Bula, “Mare Mágnum”, en la que
recoge las Reglas y Bula anterior.
A partir de
1497 es cuando se empieza a utilizar de forma oficial el término de “Tercera
Orden” por iniciativa del General Fray Niccolo Maletti de Pistoia.
Posteriormente,
esta Orden Tercera, dividida en “fraternidades”, empieza a expandirse por toda
Europa.” (2)
Así a
finales del s. XVI, la
Tercera Orden de los Siervos de María fue apoyada y alentada
vigorosamente por los Priostes Generales de la Orden Servita. Ésta
ha tenido desde entonces un papel de primer orden en la aprobación canónica y
en la animación y dirección de las fraternidades seglares que han surgido con
el paso del tiempo, tanto en torno a las comunidades de Frailes Siervo de María
(Orden Primera) y de Hermanas Religiosas Servitas(Orden Segunda), como en
ambientes parroquiales y diocesanos donde la figura de María -especialmente
venerada como Dolorosa- ha recibido especial énfasis y ha penetrado
particularmente en el alma de los fieles. De hecho la Virgen de los Dolores, fue
declarada patrona de la Orden
el día 8 de Agosto de 1692.
En nuestro
país los conventos y monasterios de Servitas se hallaban en la región de
Levante y de ellos dependían la
V.O.T. de los Siervos de Mª Stma. de los Dolores.
Una
verdadera cadena de fundaciones tuvo lugar al final del s. XVII y a lo largo
del XVIII, así en Andalucía por ej. en 1695 la de Málaga; en Sevilla entre
1720-1725; la de Jerez en 1725; la de Cádiz entre 1727-1735; Puerto Real, San
Fernando, y CHICLANA en 1759, etc.
En el s. XIX
decae por los motivos políticos y sociales que afectan a esa centuria, y en la
que el Papa León XIII modifica en algunos puntos la Regla aprobada por Martín V,
la cuál no se vuelve a tocar hasta 1925, siendo la de este año sustituida a su
vez por una aprobada en 1966 por la Sagrada Congregación
de Religiosos. El 29 de Octubre de 1982 sufre una nueva renovación.
En el siglo
XX y en nuestro país las fraternidades de la Orden Seglar
desaparecen en la mayoría de los casos o se transforman en cofradías de
penitencia (como es el caso de la ntra.), aunque también quedan algunas muy
activas y que siguen el compromiso evangélico desde el prisma de la Orden, ocupando un lugar
destacado el culto a María y sin olvidar nuestras mas profundas tradiciones y
sentir de nuestra tierra procesionando a sus respectivas Imágenes Titulares, en
Semana Santa.
La actual
Regla de Vida de la Orden
Seglar de los Siervos de María fue aprobada por la Santa Sede el 29 de
Abril de 1995, después de una serie de revisiones del texto preparado según las
nuevas orientaciones del Concilio Vaticano II y especialmente según los
principios contenidos en las nuevas Constituciones de la Orden de los Siervos de
María aprobadas por la
Sede Apostólica en 1987.
LA V.O.T.
EN CHICLANA
A través de
un extenso trabajo, magníficamente documentado y publicado en el Boletín “Monte
Senario” que edita la O.S.S.M.
de San Fernando y firmado por D. Fernando Mósig Pérez (Licenciado en Geografía
e Historia), conocimos algo más sobre nuestra cofradía, o mejor dicho, sobre
nuestra. V.O.T de Servitas de Ntra. Sra. de los Dolores de Chiclana, embrión
primario y parte fundamental e importantísima del carácter actual nuestra
cofradía.
En este artículo, se dice
textualmente: “Gracias a las investigaciones efectuadas, por miembros de la Orden Seglar de San
Fernando, en el archivo General de la Orden Servita en Roma se pudo saber con exactitud
la fecha de establecimiento en Pto. Real y en la Isla de León, de la de Ntra.
Sra. de los Dolores...”. (Pero veremos también que estas investigaciones
arrojan algo de claridad sobre nuestro origen como O.S.S.M. y confirman los
escasos datos que poseemos de nuestra génesis como Servitas).
“...En
efecto, mediante dos Cartas de Patente despachadas
ambas en Roma en el convento de San Marcelo el día 26 de Junio de 1759 por el
entonces Padre General, Fray José Antonio Rossi (1756-1762), se concedió la
facultad de erigir otras tantas Ordenes Terceras de Ntra. Sra. de los Dolores
(“facultas erigendi societas 7 dolorum...” etc.
“...La
expedición de estas Cartas de Patente (llamadas impropiamente Bulas) fueron
anotadas como era costumbre en el Libro Registro del Padre General...” etc.
“...Llama la
atención que el 30 de Agosto de 1759, un mes después de haberse erigido
las Ordenes Terceras de Pto. Real y de la Isla, el Padre General de los Servitas, despacha
igual facultad para el establecimiento de otra Confraternidad en Chiclana...”.
(He de decir, que dicha fecha de fundación ya lo conocíamos gracias a las copias
de los documentos que pude obtener el 10 de Abril de 1981 en el Archivo
Diocesano).
“...Casi de
improviso, hubo cuatro Ordenes Terceras de Ntra. Sra. de los Dolores en la
diócesis gaditana: La primitiva de Cádiz, (erigida el 12 de Marzo de 1727, y
formando reglas en 1735), más la
Pto. Real, Isla de León y Chiclana. Esta triple
fundación demuestra la poderosa influencia que ejercía la pujante Orden Tercera
de Cádiz...”.
“...Como
curiosidad y como testimonio de la universalidad de las fundaciones Servitas,
merece la pena consignar que en los días inmediatamente anteriores a ese 26 de
Junio de 1759, se había concedido la misma facultad de instituir una Orden
Tercera de Dolores a: la
Iglesia de San Francisco en Varsovia (Polonia), tres días
después el 29 de Junio, se le concedió a la Iglesia parroquial de la localidad italiana de Montegiorgio, en la región de las
Marcas, el 6 de Julio se daría tal “facultas erigendi societas 7 dolorum” a la Iglesia-colegio de
los PP. Jesuitas de Querétano, en México, etc...”.
“...Una vez
concedido el establecimiento de la Orden Tercera por la Superioridad Servita,
fue necesario obtener la aprobación o convalidación del Obispo Diocesano...”,
que por aquel entonces era Fray Tomás del Valle. Aunque actualmente
desconocemos la fecha del Decreto de Confirmación del establecimiento de la Orden Tercera en
nuestra ciudad.
En otro
apartado, del artículo anteriormente nombrado y parcialmente aquí reproducido,
en el de las Reglas de Conducta, en referencia a la Orden de San Fernando, dice
textualmente;
“...Se
rigiera por las de la
Orden Tercera de Servitas establecida en la Iglesia de San Lorenzo de
Cádiz. Y existía un precedente, pues la < Confraternidad de Chiclana
> había sido instituida “bajo los Estatutos y Reglas que se observan por el
mismo Orden fundado en la
Iglesia Auxiliar Parroquial del Sr. San Lorenzo de la Ciudad de Cádiz”. Entendemos, pues, que las reglas
gaditanas que adoptó la
Orden Isleña, y por tanto también la NUESTRA, fueron las
aprobadas por Fray Tomás del Valle, el 8 de Abril de 1748, por aquel entonces
en vigor.
ICONGRAFIA SERVITA
En el s.
XIII aparece ya el tema de la
Soledad de María tras la sepultura de su Hijo, y aparece
afligida con la representación de los diversos momentos de dolor que se
materializan en simbólicas Espadas que atraviesan su Corazón. Pero por
influencia Bizantina se empezó a considerar los vividos durante toda su vida,
abarcando desde Belén al Calvario, siendo estos los siguientes:
1-
La
Profecía del anciano Simeón (Lc. II, 22-36).
2-
La Huida
a Egipto (Mt. II, 13-18).
3-
La
Pérdida de Jesús en Jerusalén (Lc. II, 40-52).
4-
El Encuentro en la Calle de la Amargura (Cf. Lc. XXIII, 27-32).
5-
La
Crucifixión y Muerte del Señor (Jn. XIX, 16-27).
6-
El Descendimiento y Piedad (Jn. XIX, 38-40).
7-
Santo Entierro y Soledad de María (Jn. XIX, 41s.)
“En España adquiere notorio auge desde que Isabel de Valois,
tercera esposa de Felipe II, encargara una imagen de vestir a Gaspar Becerra,
que fue vestida con las ropas de viudez de la Condesa de Ureña” (2),
camarera mayor de la Reina.
De ahí que las Vírgenes de los Dolores luzcan anacrónicamente
la indumentaria de una dueña o viuda de la época de Felipe II, en sustitución
del traje Hebreo propio.
PRACTICAS DE PIEDAD:
1 La Corona Dolorosa:
“Los
Servitas entretejieron en torno a estos dolores una devoción a modelo del
Rosario, que recibe el nombre de Corona
Dolorosa desde 1617. Los Papas han fomentado su práctica en múltiples
ocasiones y la han lucrado con Indulgencias: Benedicto XIII Orsini por el Breve
Redemptoris del 26 de Septiembre de 1724, Clemente XII Corsini en su Bula
Unigeniti del 12 de Diciembre de 1734, Benedicto XIV Lambertini el 16 de Enero
de 1747, Clemente XIII Rezzonico el 15 de Marzo de 1763, Pío XII Pacelli el 15
de Enero de 1954.
Consiste en
meditar los Siete Misterios:
1-
La
Profecía del anciano Simeón (Lc. II, 22-36).
2-
La Huida
a Egipto (Mt. II, 13-18).
3-
La
Pérdida de Jesús en Jerusalén (Lc. II, 40-52).
4-
El Encuentro en la Calle de la Amargura (Cf. Lc. XXIII, 27-32).
5-
La
Crucifixión y Muerte del Señor (Jn. XIX, 16-27).
6-
El Descendimiento y Piedad (Jn. XIX, 38-40).
7-
Santo Entierro y Soledad de María (Jn. XIX, 41s.)
rezando un Padrenuestro
y siete Avemarías por cada uno, combinando así oración mental y vocal, a los
que se pueden añadir tres Avemarías en reverencia de las lágrimas de la Virgen, seguidas cada una
de la jaculatoria: V/. Virgen Dolorosa, R/. Ruega por nosotros.
2 Via Matris Dolorosae:
Otra
práctica piadosa es la de meditar, los viernes de Cuaresma, las penas de María
en la Via Matris Dolorosae, que similar al
Vía-crucis, pero centrándose como estaciones, en los Siete dolores de la Stma. Virgen.
3 La Desolada:
Una tercera
forma de piedad, desarrollada en el s. XVIII, es el llamado de La
Desolada,
que consiste en acompañar a la
Stma. Virgen compadeciendo su soledad desde el atardecer del
Viernes Santo hasta la mañana de Resurrección.
Y por
último, no podemos dejar de citar las Procesiones, en Semana Santa, de las
Imágenes de Dolorosas que se desarrollaron y fomentaron por la piedad emotiva
emanada del Concilio de Trento (2).
Juan Antonio Vallejo Montero
Fuentes Documentales
(1) Boletín Extraordinario “Monte
Senario”.
(2) Boletín de las Cofradías de
Sevilla.
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